caso 26: Julio Perez Silva
Julio Pérez Silva, también conocido como «El Psicópata de Alto Hospicio» , es uno de los asesinos en serie chileno más crueles de la historia de aquél país, actualmente está condenado a presidio perpetuo por violación y homicidio de catorce mujeres jóvenes , además de un homicidio frustrado. Cometió sus crímenes en la Región de Tarapacá, específicamente en la ciudad de Iquique y en la localidad de Alto Hospicio, en Chile.
Su modus operandi siempre fue el mismo. Trabajando como taxista clandestino, interceptaba jóvenes estudiantes a las cuales ofrecía transportarlas gratis para posteriormente llevarlas a algún sitio eriazo, violarlas y asesinarlas mediante golpes en la cabeza. Posteriormente, arrojaba los cuerpos (con o sin vida) en profundos piques mineros abandonados.
Crímenes cometidos
El 16 de septiembre de 1998, recogió en la costanera de Iquique a Graciela Montserrat Saravia, de 17 años. Según su confesión, él le ofreció dinero a cambio de sexo. Sin embargo, la verdadera intención de esta joven era robarle. Cuando él se percató de esto, la golpeó hasta matarla y la abandonó en una playa.
El 24 de noviembre de 1999, mientras conducía en Alto Hospicio, le ofreció a Macarena Sánchez, de 14 años, acercarla en su auto hasta el liceo. Luego de amenazarla con un cuchillo y violarla, le amarró las manos arrojándola al interior del Pique Huantajaya, de más de 220 metros de profundidad.
En febrero de 2000 atacó dos veces en menos de una semana; la primera fue Sara Gómez el 21 de febrero, apenas 2 días después el 23 de febrero encontró a Angélica Lay, una promotora de teléfonos celulares de 23 años, ambas fueron asesinadas en medio de la pampa del desierto.
El jueves 23 de marzo del mismo año, exactamente un mes después del cuarto asesinato, ultrajó y asesinó a la joven Laura Zola, de 14 años, y, al igual que Macarena Sánchez, esta fue violada y asesinada en Huantajaya.
Luego, el 5 de abril, atacó a Katherine Arce, a quien violó y asesinó como a Angélica Lay, luego enterró su cuerpo en un basural clandestino.
El 22 de mayo, Patricia Palma, de 17 años salió del liceo rumbo a su casa. Fue en ese momento cuando Julio Pérez la raptó para luego violarla y matarla; dejando su cuerpo en Huantajaya junto con los cadáveres de Macarena Sánchez y Laura Zola.
Once días más tarde, el 2 de junio, volvió a atacar. Violó y asesinó a Macarena Montecinos en el sector de «Pampa El Molle», quien corrió la misma mala suerte que Angélica Lay y Katherine Arce. La misma desgracia corrió Viviana Garay, de 15 años el 2 de julio, la interceptó, violó y asesinó de un golpe en la cabeza. En esta ocasión, ya que el padre de la última menor movilizó a los familiares de las otras víctimas, quienes según las autoridades y la policía habían huido de sus hogares, sumidos en la pobreza, hacia Perú o Bolivia, buscando un futuro mejor.
Fue así que Pérez Silva dejó de atacar durante más de nueve meses, pero el 17 de abril de 2001 volvió a atacar, en el sector de la «Autoconstrucción» interceptó a una menor de 16 años identificada como Bárbara, la amenazó con un cuchillo y la violó, pero no logró asesinarla. Posteriormente Bárbara logró escapar y regresó a su casa. La llevaron al hospital, donde le extrajeron muestras de semen del agresor, que nunca pudo ver en la oscuridad, meses más tarde, cuando lo detuvieron, ella reconoció su voz. Compararon las muestras de ADN y resultaron idénticas.
Reacciones de la prensa y familiares de las víctimas
Durante todo ese tiempo, la misteriosa desaparición de tantas jóvenes de Alto Hospicio alcanzó cobertura nacional. Sin embargo, las autoridades de la época —principalmente el subsecretario del Interior en la época, Jorge Burgos—2 y la policía aseguraban que lo más probable es que se tratase de jóvenes que habrían huido de sus hogares para escapar de la pobreza en que vivían, probablemente emigrando hacia Tacna o Bolivia. Hubo gente incluso que sugirió que las jóvenes probablemente se habrían vinculado con la prostitución. Este hecho desvió aún más la atención del verdadero motivo de las desapariciones.
Sin embargo, la desaparición de Viviana Garay generó una reacción totalmente inesperada. El padre de la niña, Orlando Garay, movilizó a las demás familias afectadas. Sólo entonces el hecho se convirtió en noticia, por lo que los crímenes se detuvieron brevemente.
El programa Mea Culpa de TVN hizo un capítulo especial sobre este caso denominado "El Taxi" emitido el año 2003. A fines del 2017 se hizo una miniserie de 8 capítulos, con elementos de ficción pero basada en los acontecimientos de este caso. La miniserie fue llamada "La Cacería. Las niñas de Alto Hospicio" y fue emitida por Mega el 2018.
Descubrimiento del asesino
Pruebas
Orlando Garay, padre de Viviana Garay, una de las víctimas, comenzó a luchar por la verdad y derribar las especulaciones de las autoridades y la policía del escape de las jóvenes hacia países vecinos, fue así que vendió su bote de pescador y reunió a las familias de otras jóvenes desaparecidas para buscar respuestas. El 18 de julio de 2000 se encontró la mochila y ropa de Viviana en un basural al que, según sus familiares y amigos, nunca iba; ese mismo día, en otro vertedero, los vecinos encontraron la mochila y el uniforme de Katherine Arce. El 20 de julio, Inés Valdivia, madre de Patricia Palma, distinguió en una quebrada la ropa interior de su hija. Fue así como familiares, amigos y vecinos buscaron a las jóvenes acercándose a la respuesta.
Último crimen y detención
El 4 de octubre de 2001, Julio Pérez Silva cometió el último de sus ataques. Fue el día en que la joven identificada como Bárbara Núñez sobrevivió. Él la interceptó y atacó del mismo modo que hizo con las otras víctimas, la diferencia fue que Pérez Silva le confesó ser el autor de los crímenes; tras ello la golpeó con una piedra en la cabeza y cuando creyo que estaba muerta, Se fue. La joven Bárbara sobreviviente del ataque en la cabeza logró pedir ayuda y denunciar el hecho. Ese mismo día fue detenido; sin ningún remordimiento admitió los asesinatos y violaciones, además confesó haber actuado solo y nunca alegó demencia. Tras su detención, Pérez Silva aportó los datos necesarios para localizar los cadáveres de sus víctimas. Actualmente, Pérez es vigilado las 24 horas y es sometido a control del sueño, luego de que en una ocasión intentó suicidarse en su celda con un cordón de zapatos enrollado a un cepillo de dientes.
Hasta ahora, han surgido nombres de otras cinco jóvenes y mujeres adultas desaparecidas en la zona de Alto Hospicio entre abril de 1999 y agosto del 2001. Sin embargo, el «Segua» asegura no saber nada de ellas.
Condena
Finalmente, el 26 de febrero de 2004, Julio Pérez Silva, en ese momento, con 40 años, es condenado a cadena perpetua por el Homicidio de 11 adolescentes y 3 mayores de edad y 1 en el intento de homicidio. Actualmente se encuentra recluido en la cárcel de alta seguridad de Colina I (Santiago).
Víctimas
De acuerdo a las investigaciones, las 14 víctimas de Julio Pérez Silva, asesinadas entre el 12 de septiembre de 1998 y el 23 de agosto de 2001 serían:
- Viviana Garay, 16 años.
- Katherine Arce, 16 años.
- Patricia Palma, 17 años.
- Macarena Montecino, 16 años.
- Macarena Sánchez, 14 años.
- Laura Sola, 15 años.
- Gisela Melgarejo, 36 años.
- Angélica Palape, 45 años.
- Deysi Castro, 16 años.
- Sara Gómez, 18 años.
- Graciela Saravia, 18 años.
- Ornella Linares, 16 años.
- Angélica Lay, 24 años.
- Ivonne Carrillo, 15 años.
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